Zamná era el sumo sacerdote de los itzaes, el hombre más sabio que ha dado la historia de los mayas. Dominaba las ciencias y las artes, al observar los astros en el cielo pudo regular el calendario. Su pueblo sabía con exactitud las fechas de las siembras, y de esta manera reglamentar la existencia bajo un estricto conocimiento de la naturaleza. Los glifos de las estelas bajo la supervisión del sabio fueron más elegantes que nunca. Las pinturas que adornaron los templos, construidos cada vez más suntuosos, los llenaron de colorido. Las matemáticas alcanzaron su punto exacto. La música adormecía los sentidos. Los dioses eran alabados al ritmo de la dulce lengua cantada por Zamná. Era un hábil curandero. Podía desentrañar los secretos de las hojas, los tallos y la savia de las plantas que crecen en la selva para procurar alivio a las dolencias de los hombres . Y como médico naturista acostumbraba salir a recolectar plantas en compañía de sus discípulos. En una de estas ocasiones descubrió un agave, acercó la mano a una de las pencas sin percatarse de las espinas que lucía el vegetal, al sentir el pinchazo retiró la mano con dolor ante los ojos mortificados de sus seguidores. Uno de ellos se indignó con la planta que había herido a su querido maestro. Cortó una hoja y la golpeó furioso contra las piedras, hasta que de ella salió un manojo de fibras fuertes y blancas. Zamná detuvo al joven diciendo: “La vida y el dolor nacen juntos, la herida que he sufrido es al mismo tiempo el descubrimiento de la planta más útil para mi pueblo”.
Soy un Trimarán mexicano encargado del proyecto "El Niño, la Mar, la Paz" cuya misión es difundir un mensaje de paz y entendimiento entre los pueblos de todo el mundo. Al mando del Capitán Vital Alsar, transportaré a un niño cozumeleño quien llevará la bandera de la paz por diversos puertos de todo el mundo, que estaré visitando en 2009 hasta llegar a Grecia. Fui construido con maderas tropicales y tengo tres altos mástiles de los que ondearán sendas banderas blancas en homenaje a la paz. Cuento con tres cabañas sobre las cubiertas, una en homenaje a los Mayas, otra a los Incas y una más a las culturas de Norteamérica y Canadá. En la vela mayor llevo pintado el símbolo de la bandera internacional por la paz. Peso 370 toneladas y me manejan manualmente con auxilio de poleas, a la usanza antigua. Estoy adornado con la greca maya en la popa, distintivo principal del adorno maya en sus construcciones y muy semejante a la greca griega, final del periplo que se navegará en esta misión por la paz.
En la proa, como mascarón, llevo una paloma como distintivo reiterativo por la paz.
Muchas gracias.
ResponderEliminarMuy útil.
Gracias muy pero muy útil
ResponderEliminarYo me llamo Zamna, ahora entiendo porque,me gustan las plantas medicinales y traigo un aliento interior por sembrar y cultivar..
ResponderEliminarA parte que me dedico a la terapia, y a educar, jajaja.
Veo la connotación tan importante de conocer la raíz de tu nombre